GOURETTE

GOURETTE – A LA SEGUNDA VA LA VENCIDA

GOURETTE – A LA SEGUNDA VA LA VENCIDA (A Quim le Bereber)

Viernes tarde, paso a buscar a Oscar y revisamos la cacharrreria; cuerdas, arneses, cintas largas, cintas cortas, friends, cascos…”esta todo maestro” carretera y manta.

Llegamos a Gourette sobre las 21.00 y nos disponemos a preparar el material para el día siguiente. Llevamos idea de empezar a caminar a las 07.00 de la mañana y es mejor tenerlo todo preparado. Una vez comprobado que tenemos todo a punto para el día siguiente, preparamos la cena y al saco, que mañana toca machacada.

06.00 horas. Suena el despertador y Oscar me da cuatro meneos para despertarme. De un salto me pongo en pie y comienza la aventura.

Desayuno,  trastos y a patear durante una hora hasta el pie de vía. El día se prevé magnifico. La última vez que estuvimos aquí para intentar la vía nos lo impidió la meteo, pero esta vez parece ser que los dioses nos van a respetar.

Llegamos a pie de vía a las 08.00 como estaba previsto. El ambiente es impresionante, con varios picos de calcáreo gris alrededor, prados verdes, la mañana huele a limpio y la montaña se muestra amable. Justo delante, el objetivo de hoy; la via “A Quim le Bereber”  una escalada que discurre por una zona de placas tumbadas y un espolón poco definido a la izquierda de la pared  y alcanza la cima del Pic des Coutchets,  tras escalar unos 650 metros en 16 largos equipados y otros 250 metros de arista desequipada. La pared se muestra magnifica; placas y mas placas tumbadas, otras más  verticales, imponen su presencia retándonos a subir por ellas y disfrutar de lo que más nos gusta; escalar.

Oscar se va a hacer de las suyas detrás de una roca, mientras yo hago lo propio por delante y dejamos así nuestras improntas en tierras gabachas. Después de poner cada cosa en su sitio, nos equipamos y sin hablar me dispongo a escalar el primer largo, como siempre.

Los largos de cuerda se suceden sin variación. Va Oscar, voy yo, va Oscar, voy yo. Nos encontramos en una pared en la que “gatear”  seria más apropiado para definir la actividad que escalar y con mas monotonía que otra cosa vamos ganado altura. En un momento dado, la cosa se pone algo mas tiesa y nos permite disfrutar de lo que hemos venido a hacer; escalar,  aunque la alegría dura poco. Más largos tumbados y mas “gateo” será la tónica en casi todo el recorrido.

Llegamos a la cima a las 16.00 horas, con la sensación de haber subido por una larga rampa, sin casi ningún interés. El paisaje, las vistas desde el pico, la grandiosidad de la zona y que la montaña ese día se seguía mostrando amable, fueron la recompensa a esta larga y monótona escalada.

Nos quedaba la bajada; poco definida en las reseñas pero bien clara en la intuición alpinista de mi compañero, que no dudo en ningún momento en tirarse a las campas muy verticales y con rocas sueltas a la vez que le oía decir mientras se alejaba “por aquí, por aquí”

Tres horas más tarde y con menos agua en el cuerpo que una sardina rancia, llegábamos a la fuente de Gourette a remojar nuestros maltrechos gaznates.

DATOS TECNICOS;

Un par de pasos guapos, un poco verticales de 6ª+ (más fáciles a nuestro parecer) y un diedro final muy bonito es lo único a resaltar de la ruta que a nosotros se nos antojo aburrida y muy monótona.

A la salida del diedro del último largo, yo no encontré ninguna instalación de reunión, así que monte en unas piedras y unas fisuras más o menos buenas que encontré en la cima.

La vía se encuentra protegida en su totalidad con parabolts, aunque no está de más subirse algún cacharrillo (friends pequeños) para las fisuras y para proteger algún aleje, que los hay.

Cuerda doble de 60 metros

8 o 10 cintas largas

Cintajos o cordinos largos para lazar piedrolos en la cresta y la arista

Material para los rapeles. Llevar algún cordino por si los que están puestos están en mal estado.

Navaja

Comida y agua. La actividad es larga y discurre en alta montaña, no es una actividad que deba tomarse a la ligera. Aun cuando la vía está equipada, y los rapeles también, la meteo está condicionada a la montaña, es una actividad larga y la retirada es muy complicada, sobre todo a partir de los largos superiores. Si tiene que ir el helicóptero del tulipán a buscarte, no serás el primero.

BAJADA;

–         Acabada la vía, tendremos que subir por la cresta hasta llegar a la arista. La cresta, aunque fácil, esta desprotegida y muy rota, así que al loro. Una vez en la arista, continuar hacia la cima. Encontraremos un par de parabolts antes de llegar a la instalación del primer rapel. Hacemos el rapel y continuamos por la arista con mucha precaución a causa de las rocas sueltas hasta el segundo rapel, al final del cual tendremos mucho cuidado, ya que acaba en una pequeña repisa colgada al vacio. Seguiremos por la arista hasta encontrar el tercer y último rapel. En este rapel deberemos de bajar con tendencia a  la izquierda según miramos la instalación del rapel, ya que este acaba en la vertiente que da a las pistas de esquí.  Al final de este rapel encontraremos un curioso agujero, similar a una ventana, que da al otro lado de la montaña. Seguimos caminando durante unos 200 metros por la arista que se ha convertido en un cómodo camino sobre la hierba y al final de este comenzaremos la bajada por el lado izquierdo según vamos caminando. Parece que no es por ahí, pero si, si que es por ahí. Bajaremos con precaución, perdiendo altura poco a poco hasta llegar a las tumbadas e incomodas campas de hierba  que nos llevaran hasta los caminos de las maquinas pisa nieves y de aquí a la estación de esquí y al pueblo.

GOURETTE, VIENTO, NIEBLA, LLUVIA Y ROCA (POCA)(1ª parte)

Bajando de Ports de Beçeit, mientras Youssef dormía plácidamente en la parte de atrás de la furgo y comentando las vías que habíamos hecho ese día, surgió la propuesta de ir a Gourette a escalar, a una zona desconocida para mi y en la que el Maestro había estado varias veces dándole caña al esquí de montaña y pateando. La idea me pareció cohonuda; un finde completo escalando en un entorno precioso y unas vías más que recomendables de buena roca, fisuras desequipadas, altura y compromiso. El plan era el siguiente; salir el viernes después de la obligada siesta hacia Francia, dormir en la furgo y al dia siguiente atacar al pico Coutchets por la via “A Quim le bereber” y al día siguiente subir al Pen de Sarriere  por una de sus rutas de la cara sur, más amable y divertida.

   Llegamos el viernes a Laruns envueltos en niebla, una niebla que empapaba todo lo que tocaba y que, sin enterarte, te calaba hasta los huesos poco a poco.

   Nos echamos a dormir confiando en que a la mañana siguiente amaneciera despejado y soñando con recorrer esta ruta que tanto nos llamaba la atención. Suena el despertador a las 06.30, abro el ojo y no veo nada, obscuridad total a mí alrededor. Me incorporo y veo que en el exterior de la furgo continua la niebla y ha comenzado a llover. Despierto a mi compañero y le informo de la situación. Con mucho criterio me contesta “grrrrrrrrrrr,” se da media vuelta y sigue durmiendo. Su  dilatada experiencia en montaña le dice que no merece la pena ponerse en marcha con esa meteo. Yo sigo los pasos del maestro y me vuelvo a meter en mi saco.

    Sobre las ocho de la mañana nos levantamos y empezamos a preparar el material, aunque en nuestro interior sabemos que si la niebla persiste, no será posible escalar por la ruta elegida.  Como no teníamos muy clara la aproximación ( a causa de la niebla, claro) preguntamos a Jean Pierre, que estaba por allí (un zagal francés como otros muchos) y nos dice que el no sabe nada de la ruta que queremos hacer, pero que va a llamar a un amigo suyo que si que lo sabe, pues es el equipador de la vía y que viene en cinco minutos a informarnos. Al poco llega Joan Grisó, un tipo con muchas horas de monte, escalador y aperturista prolífico por toda la geografía española y parte de la mundial y, además, aperturista de la vía elegida. Nos dice por donde se accede pero que no merece la pena ir con esas condiciones meteorológicas ya que estará todo mojado y la aproximación, con niebla, puede ser muy perdedora. Tras una larga y didáctica conversación con Joan decidimos hacerle caso y nos ponemos a pensar en otros objetivos posibles. “Maestro, vamos al Midi?” “el tiempo estará igual” “vamos al diedro Sajuma?” “puede ser una opción” “vamos a…” Las ideas se acaban y el cronometro continua su avance inexorable, quitándonos horas de sueños en vertical.

 Furgoneta, carretera y p´aspaña.

   Al atravesar la frontera de Portalet, vimos una aguja muy estética a la izquierda y le pregunte a Oscar si esa aguja no tendría algún recorrido abierto. Consultó su libro de magias y escaladas y PREMIO!!!  La aguja figuraba en su guía y además la ponían bastante bien; reuniones equipadas, largos bonitos, equipada con parabolts… La roca no es de gran calidad, pero tiene la consistencia justa para exigir la máxima concentración en algunos pasos y dejarte disfrutar de otros.

    Hierros, cuerdas, cascos, muchas ganas de trepar y nos vamos p´arriba.