Abierto hasta el amanecer (Terradets vía CADE)

«Como ando a medio gas tras una lesión, y la pereza, a vece

, puede más que la voluntad, cuelgo este relato de la ascensión a la vía CADE sólo con el fin de que a la página no le salgan telarañas.» 

Cansados como dos forajidos que huyen por el desierto, buscábamos cobijo en algún bar de carretera donde sirvieran cerveza fría para aplacar la sed. A lo lejos, en algún lugar de la nacional II, en pleno desierto de los Monegros e iluminado por neones, vimos un establecimiento que se nos antojo un paraíso lleno de «alicientes y bebida», una «Teta Enroscada» como el «garito» de la película «Abierto hasta el amanecer». De repente nos sentimos protagonistas de nuestra propia historia.

Una vez en el parking, nos dimos cuenta que todos los clientes sentados en la terraza nos miraban. Unos con descaro y otros de reojo, sin duda era gente extraña, un tanto «frikki». Viejos, jóvenes, gordos, delgados, con tatuajes, pendientes y otros elementos metálicos pinchados por el cuerpo, todos vestían con ropas similares que al principio no identificamos.
Será por las pintas por lo que nos miran……. – le dije a Chabi – , no maestro no, será por lo guapos………. – replico con acidez – ………..anda vamos adentro a ver que se puede pillar.
Cuando abrimos la puerta para entrar en el bar, esperábamos o mejor dicho deseábamos que una ola de sensualidad, música y alcohol nos atrapara, pero no……….. no fue así, en el bar sonaba con estruendo una televisión vieja que narraba la última jornada de liga de fútbol, el aire era fresco con cierto olor a pulcritud (más bien lejía), al fondo sentados en una mesa había cuatro lugareños echando una partida de «guiñote», la barra estaba limpia como una patena, no había nada más. Desilusionados cuando ya nos resignábamos a echar una «cañita» sin más, escuchamos una voz, que desde el interior de la cocina, susurraba…….»enseguida salgo….un momentito…por favor», de pronto volvió la esperanza, soñamos ver a una «vampirica» camarera que colmase de alergia nuestros maltrechos cuerpos. Pero solo se quedó en eso, frente a nosotros se situó una chica joven, simpática  y bien vestida, que guardaba muy bien su belleza…….pero en el interior.
Con dos jarras de cerveza tan frías como nuestras recién frustradas ilusiones, nos sentamos en la terraza entre los supuestos «seres extraños» que vistos desde la perspectiva de la realidad resultaron ser aficionados «zaragocistas» reunidos para ver la retransmisión del último partido de liga y regocijarse con la ansiada permanencia en 1ª división, caso de ganar.
Hasta pasados unos tragos no comenzamos a hablar del asunto…..
Vaya pedazo de tapia que nos hemos «currao» hoy – dijo Chabi – estoy agotao. Y no era para menos veníamos de hacer la CADE, vía situada en la Pared de les Bagasses en Terradets. Impresionante vía clásica, 500 metros y 19 largos, una escalada de las de toda la vida.
Y que lo digas – conteste -, en general la dificultad no es alta, el largo de 6b no es obligado (A1/A0), pero hay que manejarse bien metiendo seguros en las tiradas, hacer rápidos los relevos en cabeza de cuerda etc, porque de lo contrario te eternizas, y en esta época del año y con el sol que pega lo puedes pasar cuando menos «justito».
Tienes razón -continuo Chabi- menos mal que hemos madrugado un poco y entrabamos en la pared a las 07.30. El primer toque para ir atento lo tienes los cuatro primeros largos que son un poco perdedores, menos mal que en los «parabolts» de la vía pone el nombre (CADE) y eso va ayudando.
Si pero no pienses que no me ha costado evitar perderme por que no hay tantas «chapas» y, a veces en el segundo largo me confundía con los de la vía «cha cha cha», había que ir «al loro» – afirmé -. La gran ventaja de toda la vía es que las reuniones son «potentes», con al menos dos «paraboles» y en las que no hay nada, los arboles donde se montan son de absoluta confianza.
En ese momento salió la camarera, la miramos de reojo, mientras apurábamos nuestras jarras de cerveza, con una sonrisa pidió permiso para retirarlas, momento que aprovechamos para pedir otras. Tiene algo extraño, no te parece?, dijo Chabi. Gooooool……un rugido infernal se escucho en el interior del bar, varios aficionados salieron y nos abrazaron……después volvieron al lugar que ocupaban. Pues…si la camarera tiene algo extraño y estos que han salido no quiero ni contarte, el que se me ha echado «al cuello» estaba más frío que el mármol, el tío va a coger un «costipao» si se pone tan cerca del aire acondicionado.
Tras un largo sorbo, y con los labios llenos de espuma de cerveza, Chabi continuó. Íbamos muy cargados de material, 15 exprés un juego de «friends», otro de «fisureros» y cintas ha resultado demasiado, además de los pedales para el largo de artificial. Con doce exprés, y un juego de «friens» / «fisureros» además de las cintas hubiera sido más que suficiente. Si, pero en las reseñas asi lo indicaba -le conteste-, otra cosa son los estribos para el artificial del octavo largo (A1/A0 o 6b), si vas bien de «pilas» no son necesarios puesto que se llega bien para «acerar», otra cosa es que pretendas pasar en libre (6b) puesto que no merece la pena, está tan pulido el largo que parece cristal, en fin una pena porque con buena roca el largo sería precioso. Aunque para bonito el largo 16, una placa espectacular, aérea y de mucho temple. Bien muy bien, te lo has «currao» con dos…. bueno en general la vía muy bonita, la primera mitad hasta la feixa (11 largos) un poco lavada, después mejora mucho la calidad de la roca, se nota que no todo el mundo la acaba.
El descenso matador eh, y es que somos unos abuelos y las rodillas lo recuerdan. Nada más salir de la tapia el camino de herradura hasta un destrepe asegurado con una cadena me ha roto, después del rapel volao de 50 metros el resto de camino hasta la carretera ha sido duro, nos ha destrozao la hora y media de bajada….y que le vamos a hacer maestro si eres un abuelo….je, je y menos mal que llevamos abundante agua y crema protectora solar, si no a esta hora pareceríamos las gambas que acompañan a la cerveza que nos estamos echando – apostilló  Chabi -.
Goooool…..Anda maestro pagamos y nos vamos, que como estos salgan tan eufóricos como antes nos van a liar la fiesta hasta el amanecer y tal y como vamos nos quedaríamos «muertos».
La camarera, que había estado atenta todo el rato, retiró las jarras vacías, indicando que esta segunda ronda estaba pagada conminadonos a tomar otra, gesto que agradecimos  pero rehusamos amablemente puesto que aún quedaba un trecho de camino.
Cuando nos levantamos de la silla, ella nos deseo un buen viaje a la par que poso su mano en mi hombro. La note fría, muy fría, cuando le miré a los ojos una inquietante mirada se cruzó con la mia, no le dije nada a Chabi, pero un escalofrío recorrió mi espalda.

Riglos: Via «directa as cimas» al Mallo Fire (o cuando los buitres llevan calcetines)

20.00 horas, 17 de septiembre, Ruben para la furgoneta en Avenida de los Pirineos. Antes de despedirnos me dice: bueno Oscar, paso a buscarte a la misma hora el próximo sábado y volvemos al Reino de los Mallos,……ah….. y otra cosa…. ¿estás seguro que los buitres no pueden llevar calcetines?….
Estaba claro, en la reunión del quinto largo de la «galletas» se había prendado de la  vía «directa as cimas» a la punta «Mallafre» del Mallo Fire, y el muy «cabroncete» devolvía, con elegancia, mi comentario irónico a propósito de nuestra capacidad para escalar la vía. Inmediatamente recogí tal sutileza y decidido acepte el compromiso. Estaba claro: «los buitres, sí que iban a llevar calcetines».
Sábado 24 de septiembre de nuevo estamos aquí. El día amenaza tormenta pero no nos preocupamos puesto que » Maldonado»  la anuncia para media tarde. El rito antes de escalar se repite, café en el refugio, risas con la simpática camarera, acondicionamiento fisiológico del organismo, y a la faena.
A pie de vía, mientras preparamos el material, hablamos poco. Estamos concentrados, eso si cada uno a su manera. Ruben con su particular puesta a punto, un ejercicio de  «calentamiento-relajación» que algún día desvelaré. Yo porque voy canturreando no se bien que, pero supongo que es otra manera de buscar concentración o de no pensar, que generalmente resulta más eficaz. Cada uno tenemos un objetivo, pero en común tenemos ilusión e incertidumbre.
Espera que antes de empezar voy a mear -me dice sonriendo -. Otra vez…venga que nos va a cantar «el lucano» – le replico de coña -. Son las 11.30 y a mitad de tarde hay previsión de tormenta -continuo diciendo-. Bueno, y….. ¿que problema hay? – responde -, la vía está totalmente equipada, las reuniones son potentes y preparadas para rapelar, llevamos 16 cintas exprés más las de reunión, tenemos un fisurero que tú sabrás en que lo vas a usar, vamos con cuerda doble a 70 metros pero en simple también lo podríamos hacer. Tío si hay tormenta nos bajamos en un momento y echamos unas cervezas en el bar, que aunque allí no hay patio lo que si que hay es mucho ambiente je, je…. Vale, vale….pero…acaba…..q… Oye – me interrumpe -, si quieres no lo hago aquí y meo desde la reunión, pero si te mojo luego no te quejes.
Evidentemente le dejo hacer su «pipi». Cuando finaliza. aparte de echar unas risas, cruzamos una mirada y sin más Ruben inicia el primer largo, que coincide con el primero de la «directa a la galletas» y que está marcado con la palabra «directa». Mientras sube pienso que la vía aparte de estar bien equipada permite ir «entrando en materia» poco a poco. Los siete primeros largos van de menos a más en dificultad, y en los dos últimos esta se modera. De este modo quiero convencerme que en caso de ir justito de fuerzas en el tramo final, el hecho de saber que las dos ultimas tiradas son más suaves puede suponer un alivio…., al menos para «el coco»……….cuando menos eso espero. Así un 5c, un 6a, un 6a+, un 6b, un 6c, un 6b+, un 6c, un 6a+ y un último 5c son un buen argumento para quedar satisfechos una vez hayamos finalizado la vía…..Placccc!!!!…una pequeña piedra golpea mi casco. Subes o que?…tanta prisa…. tanta prisa… y después te quedas ahí «colgao» en tus pensamientos…todos los días me haces lo mismo!!!!- exclama mi compañero-. Ya voy maestro -le grito-, joder con los jóvenes…. que ya ni los lapsus mentales de los mayores respetan……….
Bueno llego la hora de escalar, a ver como me va el día – pienso -. Sigo con mi canturreo, no por la dificultad de este primer largo (5c), de pocos metros, mantenido y con buen canto, si no más bien para seguir relajándome y mantener la concentración. Llego rápido a la altura de Ruben, cambia el «reverso» y una vez preparado salgo dispuesto a realizar la segunda posta (6a). Antes de ir le digo: ahora… «listillo»… verás la utilidad del fisurero que me he traído y del que has hecho tanta «chanza», ¡¡¡mira bien!!!. De antemano se que en el segundo parabolt falta la chapa, así que cuando llego a su altura cojo el «fisu» paso la sirga por el «esparrago» y aprieto el «tascón» para después poner la cinta y «mosquetonear» la cuerda. La verdad -pienso- es que realmente no hace falta, hay canto y si vuelas dudo mucho que  ese seguro evite que te golpees en la repisa, así que lo mejor es no mirar, escalar pasar de este seguro y protegerte en el tercer anclaje.
Es que no te lees las reseñas y hay que hacerlo porque dan mucha información….., para eso llevaba el fisurero -le digo a Ruben, ya en la reunión -. Bueno para eso estás tú ¿no?…..yo estoy aprendiendo y además somos un equipo y en los equipos cada uno hace su labor, por ejemplo cuando vamos al bar yo pido las cervezas aunque luego las pagues tú, ¡eh! – replica – ¿es, o no es esa  una labor de equipo?….. En fin que le voy a decir, él es así, y no tiene remedio, entre Ruben y Chabi voy «apañao», paciencia hay que tener mucha paciencia con ellos. Entretanto me coge alguna cinta, me pasa la mochila y sale para arriba.
Me encuentro cómodo en el tercer largo (6a+). Hay buen canto y ya no canturreo, esa es buena señal, los nervios van templados y cada vez voy más agusto. Veo a Ruben instalado en la reunión, esta es como la mayoría de las montadas en la vía, un tanto incomoda (colgada), pero es lo que hay, cuando llego a su altura me autoaseguro, después le pillo material del arnés para ir a por el siguiente largo.
Llegó la hora de la verdad, el cuarto largo (6b), es, para mi, un test importante, si lo saco es que casi estoy recuperado del parón veraniego. No lo pienso. Vamos «p´alla»- me digo -. Escucho a Ruben que me anima. El largo es muy mantenido, con calma lo voy haciendo, cuando llego a la parte más dura, dudo unos instantes, tanteo la roca…y enseguida pillo el canto bueno. Ufff…bien, bien….así vas bien – me doy ánimos «chapo» y continuo. A partir de este momento y hasta la reunión una sonrisa se va dibujando en mis labios. Bien ehhhh!…el abuelito no está en tan baja forma como va diciendo por ahí….casi te voy a decir que tires tu el resto de la vía…., llorica….. -me dice mi compañero-. Cría cuervos je, je – le contesto con una sonrisa- mientras le  indico con el índice cual es el camino que debe seguir.
Hay días en los que eres capaz de agarrarte y subir por un cristal y, sin embargo otros te caes hasta de la cama. Ruben sube con soltura su primer largo de 6c «riglero». Lo inicia por un muro en ligero desplome, continua por una fisura-diedrillo y una panza final le llevan a la reunión sin mayores pegas que los hayes, ostias, al loro y demás «jerga-argot» que utilizamos. Yo no voy a la zaga, y a pesar de ir de segundo no necesito que me tensen la cuerda para que me alivie la presión del grado. Estoy debajo de la panza que concluye el largo cuando un estampido tormentoso nos pone alerta. No decías que «Maldonado» no daba tormentas hasta media tarde? – me interroga Ruben-, pues ya está aquí, ¿que hacemos?. Esperar – le contesto- , como bien decías antes de comenzar si hay problemas tiramos cuerdas y al bar. Pasan unos diez minutos y la tormenta sólo queda en el ruido, lo que nos alegra puesto que ya que hemos llegado hasta aquí no nos apetece mucho bajar.
Bueno parece que de momento no nos mojamos, voy «p´arriba», y al loro que estamos metidos de lleno en faena -le digo a Ruben-. Salgo de la reunión y conforme voy avanzando noto que este largo me exige cada vez más, animo Oscar que estas en un 6b+ y ya llevas metros de pared en los antebrazos -me digo animándome-. No lo llevo mal del todo, hasta que llego a la panza final. La miro y veo un parabolt del que  cuelgan dos «mallones». Inmediatamente la mente cabalga sin control: seguro…seguro…que es muy duro el paso y más de una cordada ha dado por finalizada aqui la vía…ostia a ver como voy…no se..no..se….; eh¡¡¡¡ caballito deja de galopar y reflexiona – me grito – Calmado el temple y gracias a un buen canto para los pies y una dosis de equilibrio logro entrar en la reunión después de mirar el paso un par de veces. Cojonudo esto funciona!!!!!, Rubennnn reuniónnnnnnnnnnn……………….
Los ojos de Ruben escudriñan el «panzurron»que hay al inicio de este séptimo largo, sin duda el más duro del recorrido (6c). Tienes miedoooo…. quieres que vaya yo – le insinúo con guasa con intencio de espolear su moral-, ni de coña, venga que voy – me replica-. Sin pensárselo dos veces se enfrasca en una dura pelea con la primera panza, sube y baja a la reunión hasta que……. hummmmm…… saca el paso, después un tramo más llevadero hasta el siguiente panzón. Chemeca, jadea y me grita….¡¡¡¡tio vaya mierda poco canto para las manos y además no me veo los piessss!!!!!…. después lo veo «pretar» un poco más duro y pasa. Yo ya noto el cansancio y se que, aunque de menos dificultad, me queda un largo más de primero, así que decido economizar fuerzas y voy «perreando» todo el largo sin ningún tipo de pudor. En la reunión nos felicitamos puesto que, aún cuando nos quedan dos largos, sentimos que la vía está ganada. Los dos notamos ya el esfuerzo.
Oscar, mira a tu espalda. Por el horizonte, y ya cerca avanza hacia nosotros una espesa cortina agua. Buenoooo… Rubennn….., está claro que hay que ir rápidito para que cuando nos mojemos estemos lo más alto posible. De antemano sabemos que este largo es muy largo, de dificultad mantenida aunque menor que los anteriores (6a+). Voy, trepo..chapo, trepo..chapo……las manos donde caen y «pretar», los pies donde puedo y arañar, así con esta lógica, un poco suicida por la precipitación, voy ganado altura. Por eso a pocos metros del final desando un trecho de lo andado. Estas biennnn…- pregunta Ruben-, siiii… tranquilo. El viaje me ha venido bien para relajarme y volver a escalar con calma. Empieza a llover, aunque no de forma intensa, el canto es bueno y no resbala, retomo la escalada decidido a disfrutar de lo poco que queda.
En los ojos de Ruben hay satisfacción y supongo que en los mios también, este ultimo largo (5c) nos resulta de trámite aunque vamos atentos por la calidad de la roca.  A las 16.45 estamos en la cima, nos damos un fuerte apretón de manos y a pesar de arreciar la lluvia nos sentamos unos instantes para quitarnos los gatos, recoger el material y contemplar cada uno su universo. Como siempre en las maniobras de bajada no hacemos ninguna risa, después en el bar sí, sobre todo a partir de la tercera jarra de cerveza.
Oye Ruben, hoy hemos hecho que los buitres llevaran calcetines – digo mientras apuro la cuarta cerveza-. Sí llevaban, sí, ya lo creo que sí …..te imaginas Oscar que además puedan llevar cantimplora. Ya lo creo que pueden -le contesto mientras miramos de nuevo el Espolón del Fire-.

*Nota las fotos no pertecen a ese día, olvidé la cámara, sin comentarios.

Riglos – Vía Galletas al Fire.

Sábado 17 de septiembre, hoy no aprieta el calor y apetece trepar. Mientras nosotros nos vamos a echar un café al bar del refugio, otros, ya con la «quincallería» a cuestas, corren hacia las tapias para ser los primeros en entrar.

En el bar hablamos de todo menos de escalar (algo raro), hacemos risas con la camarera, echamos un fugaz vistazo a las viejas y manidas revistas… eso si, de montaña, después visita la baño para descargar los nervios y ¡hale!…. a la faena.
Pero……por fin …..¿donde vamos?- me pregunta Ruben-.
Pues ya que estoy cogiendo forma podíamos «hacer metros de tapia», podemos meternos en la normal  del Puro para luego seguir por la Serón Millán hasta el Pisón e ir así pillando «pilas» -le contesto-. No esta mal!!! -exclama- vamos allá.
Conforme nos acercamos al inicio de la vía nos va cambiando la cara, cuando vemos a un montón de cordadas empezando la ruta, una por la entrada original y un grupo, creo que de cursillistas ya metidos en harina, por la entrada directa. Sin prácticamente hablar tenemos claro que hay que cambiar de objetivo salvo que queramos finalizar la actividad a la luz del frontal.
Ruben me comenta que nunca ha escalado en el Fire y que no le importaría hacer «la Galletas». Bien, me parece buena alternativa, al fin y al cabo es una de «las cien clásicas» -le digo-, pero tendré que rebuscar en mi mala memoria el recorrido, aunque de lo si que me acuerdo es el «guano buitrero» que inunda la chimenea. ¡Que guarra está siempre!!!!!!.
Una vez en la base del mallo, no tengo mucho que pensar, puesto que está marcado el inicio y el recorrido se adivina fácil, ya que sólo hay que seguir los «paraboles» con la chapa pintada de negro hasta la chimenea y después recorrer la misma hasta el collado de salida, no hay pérdida. Así da gusto!
Hoy comienzo yo. El primer largo es corto, fácil (IV+) y está protegido por un par de «paraboles». Cuando llego a la primera reunión paso un cordino largo por el «tinglao» para evitar que la cuerda roce y continuo por una travesía a la izquierda hacia un diedro algo descompuesto (IV) que me lleva hasta la segunda reunión. Ruben sube, mascullando no se que sobre la calidad de la roca hasta que llega a mi altura y como va cargado de quincalla, practicamente ni se detiene, continuando sin titubear.
Enlaza los dos siguientes largos. El tercero (V+) un poco roto al comienzo pero bien protegido y el cuarto con un paso de 6b, también bien protegido. Yo, que sigo con mi puesta a punto, paso sin problemas, eso me da tranquilidad y confianza. Cuando entro en la reunión Ruben me pregunta como voy, le contesto que con ganas, a la vez que miro el quinto largo de la vía (V+), una travesía ascendente hacia la derecha que para mi es la parte más interesante del recorrido, con patio y ambiente garantizados.
Ya en la reunión de este quinto largo miro la inmensidad de la tapia, me fascina ver a la izquierda la muralla que hacia el Este presenta la punta «no importa», aun cuando no lo veo sueño con recorrer el «espolón sureste», pero eso ya llegará,  a la derecha una vía que también me ha llamado la atención la «directa as cimas» que lleva a la punta Mallafré, recorrido directo, aéreo y ligeramente desplomado, ver una cordada realizando este itinerario es siempre espectáculo lleno armonía y belleza.
Oscar….Oscarr…..Oscarrrrrr, que estoy aquiiiiii…, -me grita Ruben- quien ha entrado ya en la reunión. Uy… tio perdona, -le digo- es que con este panorama quien no se emboba, además soñar cuesta poco…..Si cuesta poco- continua con cierto tono de reproche-  pero…. al grano y acabemos pronto…que lo que me ahorro soñando aquí me lo quiero gastar en cerveza en el bar del pueblo, que allí si que hay ambiente, ummmm. Rubennnn……eres un «killer», tu si que sabes.
Después de unos segundos a Ruben también le entran ganas de soñar…..Oye tío cuando nos metemos en esa vía, esa…esa…..¿como dices que se llama?…»directa…..» , bueno como sea, es muy guapa ¡vaya patio que tiene!. Pues….. quizá…. cuando lo buitres lleven calcetines – le contesto con ironía -. Venga continuemos que ahora el que no tiene prisa eres tú.

Desde este punto continuamos en travesía horizontal hacia la derecha hasta situarnos debajo de la chimenea, un par de pasos de V+ antes de llegar y después cuatro largos de IV/IV+ hasta el collado que marca el final de la vía. Desde aquí nos acercamos a la cima de la «punta no importa», para llegar realizamos una corta tirada por la cara oeste del mallo atravesando el denominado «paso de la vía» de gran belleza.

Bonito paisaje, ¿verdad?, -le digo a Ruben-. Pues sí -me contesta-. La próxima vez que pisemos esta cima, será porque hayamos salido por la «Rabadá – Navarro» del espolón. Jua, jua, jua……eso será cuando los buitres además de calcetines lleven cantimplora, maestro.

SIERRA DE GUARA

RELATO DE NUESTRO AMIGO PEDRO EN SUS AVENTURAS Y DESVENTURAS POR LA MAJESTUOSA SIERRA DE GUARA

En Mayo del año pasado mi buen amigo charly me reclama muy insistentemente que volvamos a la vertical. Jau por que no volvemos a trepar??? la idea de volver a petarme los antebrazos y calzarme de nuevo unos pies de gato no me seduce, pero tras su larga insistencia consigue convencerme y decido abrir el baúl de los recuerdos, devolverle la vida a todo ese viejo material que a día de hoy decora una pared de mi casa.
Nuestro regreso se hace real en Alquezar sector Monchiriguel, seis largos de 4 grado y dos de 5+ me hacen sentirme genial y consiguen descogelar mi cerebro. El siguiente finde para Chodes y de nuevo enganchadisimo a la vertical.  Los siguientes  fines de semana todo esta planeado hasta que las lesiones vuelven a aparecer y otra vez de largo parón, ( lo siento chicos pero necesitaba hacer mi breve presentación)  Como no tengo nada que hacer y siempre quedan algo nuevo por descubrir, porque no hacerlo!!!  Decido visitar la vieja escuela de vadiello (que recuerdos  madre mía) de allí para Loporzano  parada de rigor en su famosa panadería, compra de pan y encargo de sus empanadicos de calabaza «que ricos». Después del encargo nos dirigimos hacia San Julian de Banzo a un par de kilometros de Loporzano encontramos un cruce que nos marca San Julian y Barluenga. El primer pueblo que pasamos es Barluenga encontrando otro cruce que nos marca San julian y chibluco. Llegado  San julian y atravesando dicho pueblo hasta llegar a una curva muy cerrada de izquierdas( cuidado con los tractores) terminada la curva aparece una pista a la derecha un cartel nos señala San Martín de la val de onsera. Tomamos esa pista y otro cartel a la derecha (unos 50 metros)  nos indica San Martín. La pista empieza a empeorar pasamos por una granja que dejamos a mano izquierda. A los pocos minutos llegamos al comodo aparcamiento. Comienza la excursión, Del propio aparcamiento nace una senda de suave descenso entre espinos, coscojos, boj (buso en Aragones), rosal silvestre( tapaculos en  Aragones) del cual me comentan que se hace una mermelada muy rica. Terminado el descenso nos deposita en el cauce del río seco en el cual un cartel nos indica( San Martín de la val de ondera)  remontando el cauce aguas arriba hasta llegar a un hito que nos saca por su lado izquierdo del cauce del río para depositarnos  unos 500 metros de nuevo en el cauce del río (ojo a los días calurosos, este barranco puede ser malisimo con altas temperarturas) siguiendo el cauce llegamos a otra señalización que nos marca San Martín de la val de onsera en esta ocasión abandonamos el barranco principal y nos manda por un ramal de comoda ascensión y arbolado lo cual es de agradecer por su sombra. Terminado este ramal nos deposita de nuevo en el cauce del río esta vez con algo de agua, terminado este tramo de cauce llagamos al llamado puerta del  cierzo lugar donde encontramos unas vías de escalada de corte deportivo con inicio en desplome y nivel estratosferico, nivel que nosotros nunca alcanzaremos por mucho que apretemos. Hasta aquí la subida ha sido comoda y con buena conversación pero me temo que la ascensión comenzara a ser más fuerte.  A los pocos metros otro cartel nos indica San Martín de val de onsera, Campos de Ciano y San Julian. El viejo charly jadea, resopla a la vez que dice Jau ves mas tranquilo!!!   y aun queda lo peor, momentos después suplica bajar el ritmo pero ya vamos con retraso y no le hago ni caso. Llegamos a otra señalización que nos indica: S6 San Martín de la viñeta dificultad alta pasos con sirga y por senda los burros dificultad baja con pendiente. A nuestra mano izquierda tenemos una pared virgen con  mucho juego para  montar  vías (conglomerado)  una placa anclada a otra pared cercana nos recuerda a un lugareño muerto en accidente de montaña en el barrando .  Dado nuestro estado de forma  decidimos ir por senda los burros. En principio no se  hace dura, pero a mi compi le esta haciendo sudar. Momentos después el viejo Charly reclama mi atención.. Jau por fa podemos bajar el ritmo!!,  paro miro a mi buen amigo y me doy cuenta de que suplica clemencia al igual que los antiguos calcetines de Chabi. Pues nada  a tomárnoslo con  calma al fin y al cabo esto no es una disputa somos dos viejos amigos intentando disfrutar de algo desconocido. En el siguiente repecho mi cuerpo y mi aliento me recuerdan la noche anterior de rock and roll, y es que hace algunos años hice un pacto con Satanás y algún Sabado que otro cumplo mi pacto. Ya bastante cansados terminamos de coronar la senda y comienza un descenso que nos llevara hasta el collado San Salvador, una vez en el collado decidimos buscar  donde comienzan los rapeles (estrecho cabecera)       http://www.barranquismo.net/paginas/barrancos/s_martin_de_la_val_de_onsera-estrechos_de_cabecera.htm pongo enlace por si a alguien le interesa. Verificado donde comienzan y apuntandolo en el libro gordo para otra ocasión. En el  collado otro cartel nos informa de todos los caminos a tomar para el regreso y para llegar hasta la  ermita.Desde el collado las vistas son fabulosas hacia el barranco con unas paredes impresionantes resulta complicado creer que allí abajo exista una ermita. Tomamos una senda bien protegida con sirgas y algún que otro escalón tallado en la roca.. Al momento suena la campana de la ermita lo cual delata que no estamos solos. Terminada la senda nos deja en el barranco del cual después sale otra senda a al derecha que vuelve a cruzar el barranco y nos lleva hasta la ermita la cual no se ve hasta  escasamente 30 metros antes de llegar. Bello lugar, circo cerrado con grandes paredes una cascada de 30 metros ( la cascada es rapelable) ideal para una remojada en veranito. Unos lugareños allí presentes no invitan a comer unas chuletitas muy ricas,( gracias chicos por esa chicha y ese vinito) que junto nuestra tortilla de patata la comida es perfecta, el nogal nos regalo un rico postre.. De regreso decidimos bajar por la viñeta y realmente  tanto su subida como su bajada no son complicadas  pero no actas para gente con vértigo puesto que es algo aérea ojo si se baja por aquí con suelo mojado, humedad  (algunas fotos no son mías mi compi por descuido las borro y las pille de internet) y de mucho interes para los aficionados a la ornitología donde encontraran algún que otro aliciente. Una vez en Zaragoza birritas de rigor y volviendo a hacer planes. Actividad muy recomendable para quien no la tenga realizada. Desde el aparcamiento en un par de horas se llega a la ermita. Y por último decir… Estas lineas que aquí escribo, esta breve pero bella actividad esta realizada bajo mi ignorancia,pero nunca desde mi desidia.

Salud chicos

Riglos – Pany Haus

Sábado 10 de septiembre, hace calor… mucho calor, son las 10 de la mañana, estamos en Riglos y el día ofrece dos posibilidades, ponerse a la sombra con un buen refresco, o….. escalar alguna vía que nos proteja del sol, porque de lo contrario podemos «penar, penar y penar»….

Ruben propone hacer una clásica que no tiene, la «Pany». Me parece bien, la vez que subí por ella no se conocía la «goma cocida» para la suela de los «gatos», lo más parecido a un «parabolt» que podías encontrar era un «buril» y algún paso del recorrido se hacía en artificial. Que tiempos!, joderrr…que viejo me hago!. Todo ha cambiado mucho aunque la vía no ha perdido ni un gramo de su atractivo.
Nos aproximamos despacio, el calor aprieta, sudo como un forzado a galeras, estoy deseando meterme en la chimenea para huir del sol, solo pienso en las buenas cervezas de después y eso me alivia.
Ruben inicia el primer largo, en teoría corto, al menos así lo recordaba, pero este, animado por ver «paraboles» y sin darse cuenta se salta la primera reunión. Minutos después me grita que monta otra en una vieja sirga unida con buriles. Que biennnn…je, je – pienso – como en los viejos tiempos.
Inicio el siguiente largo, voy hacia la izquierda buscando el principio de la chimenea, «chapo» dos «paraboles» lazo un «puente de roca» y meto un «fisurero» antes de entrar en la reunión.
Ruben mira el primer techo de la chimenea y respira hondo. No es para tanto le digo, aunque tiene truco. No hay que encajonarse mucho y sacar el paso mirando al patio, que lo hace más bonito y espectacular. Creo que me entiende perooooo……. justo al revés, lo hace justo al revés!!!!….mira que se lo he advertido, bueno no pasa nada así aprenderá, que resople un poco y murmure cuanto quiera, más no puedo hacer….bueno si… reírme un rato. Una vez superado, se vuelve a saltar la siguiente reunión (¡que afición!), ataca el segundo techo por la izquierda y en un «plis plas» se instala confortablemente en el siguiente «tinglao» y me recupera. Y…he aquí….. que me veo penando en el primer techo, pienso que lo hago bien (voy mirando al patio, etc..) pero algo falla…..hasta que el casco me tapa los ojos y eso me recuerda que llevo a la espalda la inseparable mochila de mi compi, cargada de zapatillas, naranjas y agua y no me deja pasar por el estrechamiento….pedazo jilipollas! – me increpo -, así que en medio del «aprieto» me quito la mochila y la cuelgo del arnés…..ahora sí, esto ya funciona.
El siguiente largo sin problemas, eso si los «paraboles» alejan un poco pero para los «curtidos del pasado» no supone una preocupación, tanto es así que ahora soy yo el que se pasa la reunión y monto otra justo por debajo del mítico paso del «UHF».

 

Después de contarle a mi compi, que es eso del UHF (ha crecido viendo los documentales de la 2), sale disparado y desaparece entre las «angosturas» del lugar, pasa un rato…..un buen rato….la cuerda no corre y justo antes de preguntarle si había algún problema me grita reunión. Subo y al llegar a su altura, observo que había montado reunión en una sabina. . Me he debido pasar – me comenta – , no – le contesto – lo que no has llegado, esta tirada es larga y además como hay muchos seguros naturales (sabinas y puentes de roca) ya no hay equipamineto deportivo y eso despista un poco, no obstante es un buen emplazamiento. Continuo unos 15 metros y encuentro las argollas de la reunión. A partir de aquí sólo queda un largo al collado que es mero tramite.
En el collado, comemos y bebemos. Sigue haciendo calor, solo que aquí corre una brisa que lo hace más llevadero, la idea era tirar a la cumbre del Pisón por la vía del «vuelo del buitre», pero con la sofoquina ni nos lo planteamos. No vamos a los «rapeles de los volaos».

Como casi siempre en los «volaos» hay que hacer fila, y hoy no ha sido una excepción. Mientras esperamos pienso en los años pasados, en la primera vez que hice la vía cuando se oía clavar en la pared, cuando los estribos eran algo frecuente en estos recorridos por los que ahora nos paseamos………., todo ha cambiado bastante, excepto los mallos ellos siguen igual, intemporales les da igual que te apellides Rabadá o Perez, ellos dejan hacer a quien sabe o quiere aprender y rechazan al inconsciente.
Después, resguardados del calor en el bar de Toño, y con buenas jarras de cerveza, continuamos soñando con nuevos objetivos, que sin duda van a llegar….

Paredes Negras – «Think Pink» y «Si te dicen que caí»

Las Paredes Negras es ese sector de las Torcas de Chodes (junto a Morata de Jalón) poco explorado por la mayoría de escaladores que frecuentan esta zona.

El pasado domingo 4 de septiembre, Ruben y yo pasamos allí una buen jornada de escalada. Para él era la primera vez que llegaba hasta este lugar a pesar de escalar con regularidad en la zona, para mi suponía la vuelta a la verticalidad después de un par de meses de parón por razones de salud.
Ese día elegí dos recorridos que suponían un test a cerca de mi estado de forma, y a la postre no me equivoque puesto que me dejaron claro como andaba física y sobre todo mentalmente.
La primera ruta elegida del sector fue «Think Pink», precioso recorrido de tres largos (V+, 6a+ y 6a+) remarcando la especial belleza del tercer largo. Inicié la primera «tirada» algo nervioso pero la saque sin problemas, después continuo Ruben que también resolvió rápidamente, pero….la pared dejo claro mi estado de forma cuando en el tercer largo le cedí la cabeza de cuerda a Ruben, era más una cuestión de confianza que física, pero no me sentí con fuerzas. Acabamos el recorrido y sin demora rapelamos por la misma vía para hacer otra.
Visto mi estado, le propuse a Ruben meternos en «Si te dicen que caí», otra joya plaquera de tres largos (V+, 6a y 6b+), pero antes negocié el orden de actuación, yo haría los dos primeros para así ir relajando la mente, y el se «curraría» el tercero. Nos fue muy bien, yo confirme que cada metro mejoraba y Ruben disfrutó peleando el tercer largo, después también descendimos rapelando por la misma vía.
Después en el bar de la estación brindamos con cervezas por mi vuelta, por Chabi (que también está malito) e hicimos planes para el siguiente fin de semana.
Ambos recorridos están suficientemente equipados junto con sus respectivas reuniones siendo todas ellas rapelables. Con doce «cintas» más las de reunión y una cuerda de 70 metros nos apañamos perfectamente. También se pueden proteger algún tramo con cordinos lazados a las sabinas o puentes de roca.

La botella medio llena (Vía «Las Brujas» – Tozal del Mallo – Ordesa)

Volver a escalar en Ordesa. Esta era la idea que me rondaba por la cabeza. Realizar un recorrido bello, espectacular, con cierto compromiso y sobre todo, si era una «Rabadá – Navarro», mucho mejor.
Llevaba ya algún tiempo planteándolo a amigos pero ninguno se decidía, hasta que, en la cumbre del Midí d´Ossau la casualidad quiso que coincidiera con Raul, un viejo amigo de Jaca. Dicho y hecho, quedamos para el martes día 21 de junio.
A pesar de ser un día arriesgado por la predicción meteorológica en la zona (fuertes tormentas), no teníamos otra oportunidad. Raul por razones de trabajo, y yo por razones de salud, ya que a partir del día 27, estas, me iban a tener en «dique seco» al menos todo el verano. Si escalábamos rápido podíamos hacerlo, puesto que el anuncio de mal tiempo comenzaba a media tarde.
A las diez de la mañana, tocaba de nuevo después de muchos años, la roca en Ordesa. Comenzó Raul el primer largo, una tirada relativamente fácil (III / IV) que nos deposito en lo alto de un»gendarme» en el que se instala la primera reunión. Aquí nos encontramos con compañía: una cordada de la Guardia Civil que estaban haciendo una combinación interesante y muy de moda » La Brujas / Francoespañola».
Tras esperar turno, salí de la reunión por el lado derecho en pequeña travesía hasta alcanzar una placa / diedro. Este paso ya me puso a tono cuando me paré a la entrada del diedro para meter un «friend» y asegurarlo (V+). Comprendí cual iba a ser la «tónica» de la escalada:  patio, mucho patio, aéreo, muy aéreo. Que belleza y que acojono!-  pensaba – a la vez que sentía cierto grado de placer (¿será masoquismo?). Tras el primer subidón de adrenalina me relajé y continué ascendiendo ligeramente hacia la izquierda hasta entrar en la plataforma de la reunión. Uf, primera prueba superada.
Mientras recuperaba a Raul miraba el tercer largo (6b+) pensando en lo afortunado que era al tener que hacerlo de «segundo» je, je. Evidentemente no le dije nada a mi socio.
Instantes después comenzó el baile en esta tirada recta a la vez que desplomada, y aún cuando esta bien clavada, todavía requiería meter algo más de «ferralla» para protegerlo. Chino – chano, mi compañero iba ganando metros a la pared. Lo miraba viendo su buen hacer en «tamaño» recorrido. En un momento dado, aprovechando un reposo de espalda, paró y me avisó que iba a mirar bien el paso siguiente puesto que no lo tenía nada claro. Pasaron los minutos y siguió sin moverse, después lo intentó varias veces, hasta que me gritó ¡bajame!. Mientras lo descolgaba me preparé mentalmente, pensando…..- por lo visto va a ser duro pero he decidido estar aquí y voy a continuar- .
Raul ya había superado más de la mitad de la tirada con lo que mi trabajo era más fácil. Cuando llegué al ultimo seguro que había instalado y miré lo que quedaba y lo entendí. Me colgué de un clavo, saque algunas fotos (para relajarme) e intenté ver el punto débil. No lo pensé mucho ya que no era cuestión de estar ahí mucho tiempo. Metí un friend, «chapé» un clavo, apreté los dedos, los dientes y coloqué los pies no se muy bien como, pero salí del atolladero. Aún quedando unos pocos metros para la reunión metí otros dos friend hasta llegar a ella, iba cardiaco. Cuando alcancé la plataforma respiré aliviado y sin perder tiempo recuperé a mi compañero. Habíamos perdido un tiempo que a la postre nos resultaría vital.
En el cielo había cada vez más nubes, si bien no aparentaban peligro de tormenta y eso nos tranquilizaba, confiábamos en que se mantuviera así, pero no era lo previsto. Para el cuarto largo (6a) Raul se había recuperado bien y se lo dio sin problemas, escalando por un diedro con una fisura en bavaresa preciosa para después continuar por una sucesión de bloques hasta la siguiente reunión, fue muy bonito.
En la cuarta reunión, tuvimos la certeza de que todo iba a cambiar. La tormenta anuncio su llegada, con rachas de viento y ligera lluvia. Esta vez venia desde el lado francés y por eso no la vimos, nos cogió por sorpresa. Comenzamos a escalar más rápido ya que la dificultad de las dos siguientes tiradas nos lo permitían (V), aunque yendo muy atentos para evitar cualquier embarque. Hicimos el sexto largo más deprisa aún, con la idea de llegar cuenta antes a la «Plaza de Cataluña» y buscar el único «escape» que ofrece la pared, de lo contrario nos esperaba, cuando menos, un buen remojón y posiblemente una noche de «tiritona».
Cuando llegamos allí respire aliviado, el cielo nos daba una tregua, había parado de llover aunque la amenaza se mantenía. Dos largos en travesía hacia la derecha nos depositaron en la instalación de un precario «rapel», que marcaba el inicio del escape. Tardamos un rato en asegurarlo bien, ya que no queríamos cometer ningún error que nos costase muy caro. Cuando inicie el descenso, el cielo era cada vez más plomizo y el viento aumentaba, si bien ya tenía la sensación de que ese día no tocaba «vivac». Dos rapeles más y estuvimos a pie de pared y  poco después cerca del camino que nos devolvía al valle.
Un poco antes de llegar a la bifurcación que separa El Tozal del camino a las clavijas de Salarón, todo retumbó, el cielo se rompió y evidentemente nosotros nos chipiamos, no paramos hasta llegar a la pradera donde teníamos el coche con la ropa seca.

 

Podría haber sentido frustración al no acabar la ruta, pero reconozco que en ningún momento la he tenido puesto que, a pesar de todo, el destino nos permitió hacer los largos más bellos del recorrido y lo más importante salir. Salir, además, conociendo un poco mejor mis límites, demostrándome que poco a poco la madurez para otros proyectos va llegando, y eso para mí es muy importante, la botella esta medio llena.
*Notas de interés:
– Material: 18 cintas expres, un juego de fisureros (mezcla de bicoins, excentricos y tricams), un juego de friends con numeros intermedios repetidos, cuatro clavos variados (no son necesarios) y cintas para las reuniones. Cuerda doble de 60 metros.
– Reseña: después de consultar varias y por la poca información del recorrido, utilicé la de la última guia editada, Escaladas en Ordesa de Christian Ravier y Remí Thivel. Decir en este punto que la graduación de los largos que he mencionado es la utilizada en esta guía y en mi modesto juicio «pican» bastante para arriba, así que aviso a navegantes.

Mallos de Riglos – Vía Moskitos

Este recorrido nunca me ha dejado indiferente: por su originalidad al saber buscar las lineas lógicas de la pared, por conocer a sus aperturistas, unos tipos singulares, por la famosa travesía del quinto largo que un amigo mio afirmaba que la llamaban «de los corazones detenidos», por lo excepcional del mirador al que desde la travesía se accede bautizado como «el trono», que mejor nombre. En fin para mi siempre ha marcado una etapa en mis deambulares rigleros, o por lo menos yo lo he querido así.
En 1981 cuando en el tercer largo me baje, con el «coco muy rallado.» Eran otros tiempos, había otro equipamiento, la autoprotección y asegurar con ocho o a hombro no era algo raro, era lo habitual. Yo era joven, y desde luego no estaba en un buen momento. Cambie de rumbo, cambie de ilusiones y posiblemente todo sucedió para bien. Esto siempre me lo ha recordado Carlos, aquel día esta ruta marco mi destino.
En 1988, en un fugaz regreso la escalamos junto Pablo Ruiz y Miguel Pequerul «el peque», supuso un gran alivio poder finalizar el recorrido, solo llegamos hasta «el trono», pero fue suficiente.
En 2007, junto con Lorenzo Pueyo. Otros tiempos, otra mentalidad, el plan renove había funcionado. Aquel día subimos hasta la cumbre del Mallo Visera, fue un día perfecto.
Pero aún así tenía una cuestión pendiente, abrir lo largos de la parte superior del recorrido. El día 18 quede con Ruben y Pilar. Diré que Ruben es un tío muy positivo y entusiasta, que con mucha ilusión y también técnica se está aventurando en el mundo de la «tapia». Era su primera vía larga en Riglos y estaba emocionado. Con Pilar escalo habitualmente y es de toda confianza.
Nos repartimos los largos, quedando que Ruben haría los cuatro primeros, hasta la reunión anterior a la travesía y yo el resto. Mientras escalaba le ví tirar de primero con mucha confianza y buen hacer, le explique un par de «cositas» al llegar a la primera reunión y todo lo demás fue perfecto, tanto que cuando llegamos al inicio de la travesía me dijo que quería seguir de primero, no me importó puesto que en este bello y aéreo largo da igual ir de «cabeza de cuerda» que de «segundo» .
Después, instalados en la comodidad del «trono» llegó mi turno, no lo pensé dos veces y todo fluyó con relativa facilidad. Las «panzas» no se resistierón más allá del apretón necesario para superarlas, fue fantástico. Minutos después subieron mis compañeros.
Los dos siguientes largos, a excepción de la «panza» de salida de la reunión fueron un mero tramite, perdiendo el recorrido severidad hasta desembocar en la cima. Arriba los tres juntos nos dimos un gran abrazo, abajo los tres también nos regalamos un festival de cerveza.
– Vía totalmente equipada con «paraboles» y «chapas» blancas.
– Dificultad máxima 6b.
– Material, 13 cintas expres, más reuniones. Cuerda simple o doble de 60 metros.
– Descenso. Caminando, seguir desde la cima hacia la derecha por un camino poco marcado hacia el collado que marca «el circo de verano del Pisón», de la canal que baja bordeando la Visera. Existe la posibilidad de abandono desde «el trono» por el lado derecho mediante un rapel de unos 10 metros, desde aquí por una repisa llegar a un árbol, trepar un poco y enlazar con el descenso de la Visera.

Entusiasmo (Midi d’Ossau – vía normal o de las tres chimeneas)

La capacidad de entusiasmo es signo de salud espiritual (Gregorio Marañon).

Después de bajar de la cumbre los ojos de José Manuel brillaban con intensidad, estaba emocionado, para él la actividad había sido especialmente enriquecedora, se había sentido por vez primera un montañero. Había escalado, le habían atado a una cuerda para asegurarle desde una reunión en los tramos más complicados de la ascensión, había cresteando y finalmente en el descenso había efectuado dos rapels ¡que más podía pedir! Disfrutó con la misma ilusión que cuando, siendo un niño, recibió su primera bicicleta.
Lo mismo vi en los ojos de Jordi Tosas (guia de montaña). Me llamo la atención su aspecto curtido, su cuerpo atlético, su visión de la montaña. Cuando hablaba de las vías clásicas por él realizadas y que forman parte de la historia del alpinismo, en su cara se reflejaba la ilusión del  principiante.Tuve la sensación que a Jordi le regalaban todos los días su primera bicicleta.
La actividad que realizamos fue la vía normal al Midi d´Ossau. Este recorrido es muy bonito y recomendable como iniciación en la alta montaña. Hay tres chimeneas de poca dificultad (PD+ el paso de mayor dificultad está en la primera chimenea) pero que obligan a ir atentos, sobre todo cuando vas con debutantes. En cada tramo hay montadas reuniones para asegurar los pasos delicados y que a la postre sirven para los «rapel» de descenso. Una vez superadas las chimeneas y ya en la zona denominada «Rein de Pombie» es mejor ir por la izquierda para así ganar la arista y finalizar el recorrido llegando a la cumbre de forma espectacular.
Disfruté mucho con mis buenos amigos, Kike, José Manuel, Abel, Ruben y Begoña, durante la ascensión y después bebiendo una bien merecida cerveza fría, como debe ser.

Solo recuerdo la emoción de las cosas,
y se me olvida lo demás;
muchas son las lagunas de mi memoria.
(Antonio Machado)